Monseñor Lona pide que se objete a la doctora Argibay en la Corte Suprema
El aborto no es una decisión sobre el 'propio cuerpo', sino una decisión mortífera sobre el cuerpo de otro ser humano. Los avances de la ciencia moderna han superado cualquier duda al respecto. Desde que en la concepción se unen el óvulo y el espermatozoide, queda constituido el patrimonio genético que define la identidad personal del nuevo ser humano. Nuestra Constitución nacional afirma el derecho del niño a la vida 'desde el momento de su concepción'. |
"Hace menos de dos meses -el 15 de noviembre de 2003- los obispos de la Argentina, reunidos en Asamblea Plenaria, emitieron una importante declaración sobre la familia, en donde expresaron categóricamente su preocupación por 'la existencia de proyectos de ley que pretenden legalizar el horrendo crimen del aborto'.
"El aborto voluntariamente procurado es un crimen, porque nadie -ni mujer ni varón- puede tener derecho a darle muerte al niño aun no nacido, el ser humano más inocente que se pueda imaginar, y tan indefenso que ni siquiera puede llorar implorando por su vida, como recuerda Juan Pablo II (Evangelio de la vida, nº 58).
El aborto no es una decisión sobre el 'propio cuerpo', sino una decisión mortífera sobre el cuerpo de otro ser humano. Los avances de la ciencia moderna han superado cualquier duda al respecto. Desde que en la concepción se unen el óvulo y el espermatozoide, queda constituido el patrimonio genético que define la identidad personal del nuevo ser humano. Nuestra Constitución nacional afirma el derecho del niño a la vida 'desde el momento de su concepción'.
"A partir de este fundamento natural y jurídico, ¿cómo puede comprenderse la opinión públicamente manifestada por la doctora Carmen Argibay, favorable al aborto porque corresponde al 'derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo'?
"Sólo puede comprenderse como una posición personal, que interpreta la misión para la cual ha sido propuesta -integrar la Suprema Corte de Justicia de la Nación- como un mandato moral para modificar la letra o el sentido de la Constitución nacional, haciendo posible la legalización del aborto en la Argentina.
"Es loable que la definición haya sido tan clara y abierta, y la postura al respecto de los obispos argentinos, en comunión con el Papa Juan Pablo II, no se ha modificado en lo más mínimo en estos últimos dos meses: legalizar el aborto significa legalizar un 'horrendo crimen'.
"Nos hallamos dentro del plazo estipulado para que los ciudadanos, las organizaciones no gubernamentales y las asociaciones profesionales presenten objeciones a la candidatura de la doctora Argibay ante el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
"Es la hora de los laicos, de los católicos y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad dispuestos a defender el primero de los derechos humanos: el derecho a la vida".